El régimen de Gadafi y sus 42 años en el poder han llegado a su fin. Los rebeldes ondean sus banderas en la Plaza Verde de la capital y desmontan todos los resortes del poder que manejaba el dictador.
El avance de los guerrilleros libertadores fue imparable y se produjo en menos de 24 horas, pero todavía no se han cobrado el trofeo más codiciado: Gadafi permanece en paradero desconocido. Pero no fueron trofeos menores apresar a dos de sus hijos, sobre todo el carismático y peligroso Saif al Islam (Espada del Islam), que se perfilaba como sucesor de su padre, y a su hermano Saadi. Pocos después, el mayor de los vástagos del dictador, Mohamed, se entregaba a sus perseguidores.
Ondear la bandera de Libia y y abrir sus dedos índice y medio en forma de v es signo de victoria para los ciudadanos libios.
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